¿Cuántas veces habremos oído la afirmación “el anarquismo es caos y
desorden” o “sin Gobierno nos mataríamos unos a los otros”? Sin duda, este tipo
de dogmas han estado y siguen estando al orden del día, como si el espíritu de
Hobbes nos poseyera con su famoso “Homo Homini Lupus”.
Bien,
expliquemos primero el significado de la palabra Anarquía; Por un lado tenemos
“an”:
‘Ausencia de’. Y por el otro “arquía”: ‘Gobierno o Estado’.
Es ya desde la Antigua
Grecia que por parte de los que ostentan el poder, se intenta calumniar a
cualquiera que ponga en duda la existencia y función de dicho Poder y Gobierno.
Queda en evidencia por tanto que desde hace siglos, fue y es deber de los
poderosos hacer creer a todas las generaciones que tan solo mediante un
Gobierno y una autoridad se puede consolidar una sociedad “ordenada”. Es por
eso que, si la gente cree que Gobierno es igual a orden, también creerán que
sin Gobierno habrá desorden. Y nada más lejos de la realidad. Casualmente la
gente que suele afirmar que el anarquismo es caos y desorden es o gente
poderosa que recurre al engaño y a extender el gen de la desinformación para
mantener su status o bien son personas que no han leído teoría anarquista y se
ha infectado con ese gen de la desinformación.
No es mi intención hacer
aquí una clase de historia, pero sí que podemos recordar que en ella ya se han
consolidado sociedades libertarias, como por ejemplo La Makhnovia de Ucrania que duró de 1917 hasta 1921, o
las distintas zonas de España (Cataluña, Valencia o Aragón) que durante los
años ’30 se conformaron en una sociedad anarquista, o la famosa Comuna de
Shinmin en Corea. Casualmente los ejemplos de sociedades anarquistas en la
historia no sucumbieron porque generaran desorden o caos, sino porque, por
desgracia, no pudieron resistir a los ataques imperialistas, capitalistas y leninistas
que venían desde el exterior. Estos hechos históricos demuestran que sociedad
libertarias o anarquistas son de por sí, viables.
Pero dejemos la historia y volvamos al principio. Como ya
hemos visto, una de las mejores armas que tiene todo Estado o Gobierno es la de
hacer creer a su pueblo que sin su ausencia todo sería caos y destrucción. Esta simple manipulación les sirve, de
entrada, para seguir viviendo a costa de todo un pueblo y de su trabajo y
sudor. No deja de ser cínico que un Estado o Gobierno se esconda tras la
fachada de un “Padre protector” que vela por nuestra seguridad y nuestro
bienestar cuando lo único que hace es mantenerse por la violencia y coacción
para vivir a nuestra costa, a costa de millones de personas. Llegados a este
punto, podemos –y debemos- afirmar que anarquía no significa ausencia de orden,
sino ausencia de líderes y ausencia de autoridad y coacción. Porque el único orden que puede funcionar es
el orden basado en pactos y tratos voluntarios, si el orden es impuesto por la
violencia, pueden estar seguros que fallará como en la actualidad.
¿Qué es
el orden en un sistema Estatal como el actual? Pues bien, para ellos el orden
es la mujer vendiendo su cuerpo por no poder dar de comer a sus críos; es el
minero sepultado para engordar los bolsillos de los capitalistas; es el niño
viviendo en las calles en medio de la violencia y el hambre; es el obrero
dejándose más de la mitad de su trabajo para beneficio del burgués explotador;
es la destrucción del medio ambiente y de los animales para aumentar las arcas
del capital… Si este es el “orden” que nos imponen ¡claro que
deseamos su destrucción!
Es
desde la propia institución estatal que, desde hace siglos, se ha intentado –y
se ha conseguido- que la palabra anarquía se utilice para designar contextos
caóticos y de descontrol.
El
Estado mantiene su “orden” mediante la violencia a todo aquel que lo cuestione
mientras que el anarquismo se basa en la
razón, en el raciocinio del ser humano y es por eso que el ideal anarquista
nunca se puede imponer por la fuerza o de manera autoritaria, como dijo Librado
Rivera: “Los
anarquistas no imponemos las ideas que sustentamos, sólo las exponemos”.
Ser anarquista consiste en abrazar a la humanidad y a la razón, y que
nuestras decisiones sean tomadas por nosotros mismos en vez de delegar nuestro
destino en un Estado, Gobierno o “representantes”. Ser anarquista es considerar
la libertad (tanto individual, como colectiva) el bien más preciado y
respetado. Ser anarquista consiste en considerar al individuo –y seguidamente
al colectivo como únicos soberanos de su propio destino y futuro mediante
pactos voluntarios y no impuestos.
Algunos llamarán violentos a los anarquistas. Ante esto debo decir lo
siguiente: En el “orden” actual se derivan diferentes tipos de violencia.
Pobreza, hambre, marginación social, muerte de millones de personas por hambre
y destrucción del medio ambiente. Es precisamente estos tipos de violencia las
que son rechazadas por el ideal anarquista. Romper escaparates de
multinacionales o grandes bancos tan solo son actos simbólicos. Aun así acusan de violentos a los anarquistas. Pero
ellos, los anarquistas, tan solo destruyen seres inanimados que no sufren ni
sienten, en cambio, los indígenas americanos, el Pueblo Mapuche, el niño que
trabaja en una mina o la propia naturaleza sí que están vivos y sus
sufrimientos son muy reales.
Lloráis y os indignáis cuando vibran los cristales de un banco, pero no
decís nada cuando ese banco destroza la vida de familias enteras.
De todos modos habría que diferenciar dos tipos de violencia: la
violencia autoritaria que nace de una autoridad con el fin de someter a un
individuo o colectivo y la violencia revolucionaria o liberadora. Pero este
tema en concreto lo trataré en el siguiente artículo.
"La anarquía
es la máxima expresión del orden, sin coacciones ni
violencias". Elisée Reclus.
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ResponderEliminarEres un grande Borja, a más de uno le será útil, estoy seguro :)
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