Mitos
hay muchos, pero éste es uno de los más importantes y más arraigados que
existen hoy en día entre las generaciones jóvenes y no tan jóvenes: el sistema
es el reflejo de la sociedad que tenemos. Es lo que nos merecemos.
Empecemos
por decir que tal afirmación es un simplismo y una negación histórica del
tamaño del sol. Lo siguiente que podemos hacer es ver el porqué. Y lo podemos
hacer recurriendo al punto concreto en el que el sistema nació.
Situémonos
en los s.XVI y s.XVII en los que el capitalismo comercial estaba ya
floreciendo. Este hecho no se dio por ciencia infusa, sino por el
descubrimiento de nuevos canales de comercio precedidos por grandes
expediciones. Esto permitió que el comercio se asentara y comenzara a nacer una
burguesía en determinados países, que fue la que creo, asentó y perpetuó su
sistema con sus consiguientes revoluciones.
Tal
hecho pues, evidencia que una parte de la sociedad creó el sistema, pero no
significa que fuese toda ella. La clase trabajadora, por el contrario, nació
del sistema. De un sistema que necesita clases sociales. Y que se vio obligada
a trabajar por la coacción de estados absolutistas.
Es por
eso que, en conclusión, podemos afirmar que es falso que tengamos lo que nos
merecemos, ya que el sistema es el reflejo de la clase burguesa, pero no de la
trabajadora (siendo ésta, por el contrario, reflejo del sistema). Poniendo de
relieve, de paso, que no podemos englobar a las dos clases como un todo
(sociedad).
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