lunes, 29 de septiembre de 2014

Por qué el PCE debe desaparecer

Y  no sólo ahora, sino hace ya mucho tiempo. No sólo él, sino también todas sus federaciones y sus proyectos.

Muchos y muchas, al leer el titular de este artículo y lo que sigue, se sulfurarán, se angustiarán, insultarán y padecerán otras muchas más reacciones emocionales y nerviosas que no parecen buenas para la toma del poder de la clase trabajadora.

Ahora bien, si siguen leyendo y le dan una oportunidad a lo que aquí se expone, de momento, verán que a este escrito lo acompaña la lógica, no sólo formal, sino también la dialéctica. Además de otros tantos muchos análisis materiales.


Caracterización del Estado Español


Como apuntamos en el artículo "¿Es el Estado Español un Estado Fascista?", el Estado Español no es una democracia burguesa, puesto que está en la fase agonizante del Capitalismo, es decir, Capitalismo monopolista de Estado. ¿Qué significa eso? Que no hay una competencia interna dentro de la burguesía, sino que ésta está agrupada y unida como clase social, sirviendo a la legalidad impuesta por la oligarquía. Es decir, esa es la diferencia. Mientras que en democracia burguesa, la legalidad es genérica y la forma de dominación estatal (superestructura) atiende a ella, dando pie a una competencia entre diferentes burguesías (industrial, comercial, bancaria,...), en la forma de dominación estatal que surge de la monopolización atiende a la legalidad a medida de la oligarquía monopolista. Por tanto, la burguesía queda unida en un bloque hegemónico del poder, en burguesía financiera u oligarquía.

Pero, ¿ese es el final del análisis que caracteriza al Estado Español? ¿Es diferente la oligarquía franquista de la que hay ahora? ¿Fue ésta derrocada? La respuesta a las tres preguntas es no. Por tanto, de ella surge la superestructura o forma estatal de dominación fascista.

Como ya dijimos en el artículo más arriba mencionado, es erróneo identificar el fascismo como un alto grado de represión, pues no es tanto el qué sino el cómo. Además, describir un proceso histórico como "la oligarquía franquista decidió, sin autoinmolarse, dejar de ser franquista e instaurar una democracia" es cuanto menos ahistórico y antimaterialista.

Cómo fue ésto posible


La respuesta es bien sencilla: si no fueron las fuerzas antifascistas las que tomaron el poder y reestablecieron la legalidad republicana (cosa difícil, ya que en los años sesenta ya estaba resuelto el monopolismo de Estado) haciendo pasar por el aro de una superestructura no fascista a la oligarquía, fue ésta misma la que hizo pasar por el aro a todas las fuerzas antifascistas (en el caso de querer ser legales). Por tanto, fueron éstas últimas las que renunciaron a todo principio y se unieron al bloque hegemónico del poder, renunciando a toda relación con la clase trabajadora y a todo objetivo revolucionario. Es decir, renunciando al socialismo y al bienestar del proletariado.

A nadie le sorprendería, pues, que el PCE participara en el pacto constitucional y en el proceso de escritura de la constitución, entre otras cosas. Pero para los defensores de este partido, que de seguro vendrán a espetar que el PCE ya rompió su pacto, vendrá mejor esta modificación: a nadie le sorprendería, pues, que el PCE participe en las elecciones, esté integrado y hable de democracia sin matices de clase, condene toda confrontación abierta con el Estado Español, acepte la legalidad de la oligarquía fascista actual, y reciba subvenciones del Estado Español, entre un sinfín de hechos parecidos.

Parece evidente, con esto, que el proceso de "transición" fue en realidad una traición, y que sin la colaboración de fuerzas como éstas, no habría sido posible y no seguiría siendo posible la continuidad de este régimen.

Alternativas propuestas por el PCE


A todo esto, el PCE responde que no hay otra opción que integrarse en el sistema para poder conseguir el socialismo, puesto que no hay una suficiente acumulación de fuerzas ni una conciencia revolucionaria que pueda dar esa opción. Por lo que además -dicen- lo que primero tendremos que hacer es ir a por la república, y después a por el socialismo.

Bien, podríamos enumerar cuántos fallos tiene dicha reflexión, pero serían demasiados, así que uno de los más importantes podría ser la táctica de no esperar a que la conciencia revolucionaria nazca sola, puesto que este acto condena a la clase trabajadora al mayor espontaneísmo y a la incapacidad de organizarse. Tampoco puede escudarse el Partido en que no hay conciencia revolucionaria para organizar una revolución, si precisamente es él quien debe crear tal conciencia. Y mucho menos intentar concienciar por etapas usando la misma excusa. Por otro lado, esa dificultad añadida para crear conciencia revolucionaria viene dada por un mensaje implícito que se da a las masas cuando el Partido sólo las acompaña en sus luchas parciales o económicas ("¡contra los recortes!" pero no "¡por el socialismo!"), y ese mensaje es: se pueden conseguir cosas buenas dentro del capitalismo que te hagan vivir bien sin necesidad de socialismo. O incluso: se puede llegar al socialismo o elevar la conciencia a conciencia revolucionaria con las luchas parciales (cuando se acabamos de demostrar que no).

También observamos como el PCE (o más concretamente IU) peca de electoralismo cuando engaña -literalmente- a las masas y las llama a votar para "acabar con la troika", "echar a la mafia", y otras sandeces que no será menester repetirlas. Huelga explicar por qué esto no es posible, tenemos ejemplos como Chile o el mismo Estado Español, en cuya historia encontramos la valiosa enseñanza de que no es posible conseguir el socialismo por vía electoral/reformista. Y precisamente en el caso concreto actual del Estado Español, intentar confrontar directamente a la oligarquía financiera sería acabar en el basurero de la Ley de Partidos, como les ha pasado a otros. Y en la misma dirección, concluimos que si esto llegara a pasar, es decir, si IU llegara al poder por la vía electoral y suponiendo que no existiese una maquinaria estatal de dominación fascista, provocaría la mayor respuesta en armas que podría encontrarse por parte de la oligarquía. ¿Y cual sería la respuesta de las masas? Ninguna, puesto que IU, sin quererlo, con su práctica, les habría transmitido que ellos se encargan de todo, algo de lo más idealista, puesto que sin el apoyo de las masas en armas, no es posible expropiar a la oligarquía fascista española, en alianza con la oligarquía alemana y europea.

Que esa es otra, la conversión del PCE, con ese mensaje implícito en esa práctica, en una élite política. Algo, por definición, alejado de la clase trabajadora.

Asimismo, y para no extender más este apartado aunque se pueda escribir un libro, también nos encontramos con la táctica del instrumentalismo o de los frentes de masas. Y es que el PCE -dice- creó IU con la intención de atraer a las masas y después concienciarlas. Pero veamos otra vez los fallos que contiene: si el PCE quisiera crear un frente de masas partidista, éste no debería presentarse a las elecciones, puesto que, como ya hemos explicado, el PCE debería llamar a la abstención activa en las elecciones, y la función de su frente de masas sería la de explicar por qué. En añadido, nos encontramos con que IU sólo se fija en las luchas parciales o económicas que comentábamos antes, por lo que la premisa de "después concienciarlas" tampoco sería conseguida.

Conclusión


Ante la imposibilidad del cambio interno del partido, está la destrucción. Es decir, acabar con lo viejo, con las ideas que no llevarán a la clase trabajadora a su bienestar, y ganar lo nuevo.

Porque, ¿realmente es tan improbable ese cambio? Sí, y de hecho las ideas dominantes del PCE son totalmente contrarias a lo expuesto en este artículo. Es decir, el ideario dominante del PCE es condenar a la clase trabajadora de todas las naciones que conforman este Estado. Y aunque existan autodenominados órganos de reconstrucción del PCE, como sus juventudes, la UJCE, por el mismo motivo, sigue siendo imposible. Además que, "reconstrucción" hace referencia a seguir aumentando la militancia y la organización del PCE, y no la conexión de la teoría revolucionaria con la clase trabajadora. Para llevar a cabo esto último, las ideas dominantes tendrían que llevar en su esencia dicha teoría revolucionaria.

Por lo que, todos esos militantes que quieran comprometerse de verdad y conseguir el socialismo, pero estar dentro del PCE o UJCE les imposibilita alcanzar ese medio que es la revolución, les aconsejo que huyan de allí. Ya no es cosa de revisionismo, sino de lucha de clases.

Como dijo alguien: "El proletariado necesita una herramienta, necesita el Partido. El Partido, que no es lo que estamos acostumbrados a ver; toda esta morralla de vendidos... lameculos, que van a trincar y a pillar siempre. Subvenciones, esto... lo otro.

No, estamos hablando de un Partido para hacer la revolución."

jueves, 18 de septiembre de 2014

PODEMOS engañar y triunfar

Desde KntraKultura hemos decidido que ésta podría ser una buena manera de sacarle el polvo al blog aprovechando además para esclarecer unos cuántos tejemanejes lógico-formales que pueden usarse -y de hecho se usan mucho- para acabar siempre teniendo razón en el campo ideológico.

Para hacerlo, nos basaremos en este reciente artículo del famoso rapero Nega, del grupo Los Chikos del Maíz (recomendamos la lectura íntegra del artículo antes de pasar a leer el que viene a continuación).


Primero, nos gustaría dejar claro que Javier Parra no es de nuestro agrado. Marhuenda, Escolar y cualquier izquierdista, por supuestísimo que tampoco. Ahora bien, cuando llegamos al final del primer párrafo, nos encontramos con una táctica muy peculiar (y ahora viene el núcleo repetitivo por el que Nega se paseará durante todo el artículo): hacer pasar por derrotismo las críticas hacia Podemos. 

El autor, que posteriormente se quejará de conclusiones arbitrarias acerca de la posición de su formación política en los medios de comunicación, adjudica ahora derrotismo, de la misma forma, a toda crítica desde la supuesta izquierda a su organización.
Y así es como el rapero justifica toda la estrategia política sin tener que hacerlo de forma teórico-práctica. Así es como argumenta su leitmotiv: "ganar a toda costa". Y así es como engaña Nega y engaña Podemos (no se pongan nerviosos y nerviosas todavía, más adelante el lector o la lectora podrá ir observándolo por su propio pie).


Así pues, y sin ofrecer un respiro, el artículo prosigue: "Algunos siguen sin entender que los parlamentos burgueses únicamente sirven si nuestro proyecto es el más votado".
Algunos, por desgracia, siguen sin entender que en el Estado español vivimos un contexto de concentración de capital muy sólido (de eso se encargó Franco), y que por muchos votos que consiga un partido en el parlamento, probablemente será objeto de dos finales que no tienen por qué ir de la mano:

1. Sufrir una ilegalización. Cosa que aceptando la legalidad del Estado y las elecciones es improbable que pase.
2. Prometer mucho y no conseguir nada.

¿Por qué éste último punto? Es bien sencillo. Debido a la situación económica mentada anteriormente, es imposible llevar a cabo una regresión en materia de propiedad pública y gestión democrática (recuperar lo privatizado). Como también es imposible, ya no revertir procesos de privatización, sino nacionalizar sectores estratégicos de la economía, o sea, ir en contra de los poderes oligárquicos estatales y europeos.
Es decir, se pueden ir olvidando de seguir en la UE si pretenden cancelar la deuda. O lo que es lo mismo, la patronal es mucho más poderosa que el poder político.

Entonces, ¿qué sería necesario para poder llevar a cabo mínimamente lo que se promete? El ejército o las masas organizadas. ¿Y quién es el capitán general de todos los ejércitos? Felipe VI. Pero espera, ¿de quién es amigo Felipe VI? de los grandes empresarios. ¿Le están diciendo a las masas lo que va a pasar para que puedan estar preparadas y organizadas? Al contrario, "vótame que yo ya lo hago todo". Tic, tac, tic, tac.

Fíjate tú, estoy tan animado que me hago un pareado. Debo estar volviéndome rapero.


Seguidamente y casi sin avisar, nos deleita con otra gran reflexión: "Hay dos formas de transformar las cosas y mejorar la vida de las personas; una es la vía insurreccional, otra es alcanzar mayorías electorales para poder legislar."

Veamos, ¿es que no hemos aprendido nada de la historia? Chile, Brasil, Irán, España,... todos ellos sufrieron golpes de Estado por pensar que se podría legislar a favor del pueblo trabajador tan fácilmente. Sin ir más lejos, en este Estado Felipe González lo prometió todo. Luego, evidentemente, no pudo hacer nada.

¡De eso se encargó el pequeño dictador! El regalito que dejó atado y bien atado fue la oligarquía, que sigue siendo la misma de entonces. ¿Cómo lo hizo? La siguiente frase responderá: "
Y por desgracia no veo una insurrección en marcha."

En el caso de no ver ninguna insurrección en marcha, sr. Nega, encienda usted los motores. No se escude en que no hay conciencia revolucionaria para encender la chispa, si es usted quien está haciendo que no la haya prometiendo a la clase trabajadora que pueden haber cambios dentro del sistema. ¿Qué conciencia revolucionaria van a tener hablándoles de esto? ¿Qué conciencia revolucionaria va a existir si no es usted quien la crea, en vez de gastar tantas fuerzas en lo contrario?

Contradicciones y más contradicciones.

Así pues, llegamos al culmen de la primera rama de su artículo: "
Y por supuesto nunca somos nosotros mismos: echaremos la culpa a los medios de comunicación, el revisionismo, Carrillo, Los Pactos de la Moncloa...".

No señor, echaremos la culpa a la izquierda que engañó, engaña y parece que seguirá engañando. A la que atrasa toda transformación social. La culpa se queda en casa.

Llegados a este punto toca aflojar, pues aún queda mecha por encender.
El lector o la lectora puede parar para tranquilizarse.

Sigamos de nuevo con la conjetura de Nega. No podemos ser un partido que dispute el poder al bipartidismo si nos ponemos a organizar charlas sobre Corea del Norte, Cuba y los presos saharauis, porque no vendrá ni dios.

Bien, está es la táctica del hombre de paja. Yo me invento algo evidentemente equivocado para mostrar que la práxis partidista del adversario es errónea, y así no tengo que dar ningún argumento sobre la validez de la mía. Queda total y automáticamente justificada.
Se nota que de tanto hablar de derrota, Nega ha aprendido de tácticas de guerra. Mirad qué mal lo hacen estos, por lo tanto nosotros lo hacemos bien. Nadie dijo, ni siquiera los posteriormente mencionados revolucionarios, que la táctica para la transformación social fuera esa. Escudarse pues en ese argumento es falaz e incluso criminalizante.

Desde luego, esto es un no parar. No parpadeen porque se lo pueden perder. El siguiente plato habla de las acusaciones vertidas sobre Podemos y su supuesta ascensión auspiciada por los grandes medios de comunicación. Nega advierte: "
El capitalismo tiene una función primaria básica y no es la de perpetuarse sino la de obtener beneficios, por eso al margen de genocida, es también un sistema suicida. Como dice Michael Moore, es un sistema capaz de venderte la soga con la que lo vas a ahorcar. Por eso vende camisetas con la cara del Che. Por eso el coletas va a las tertulias, sencillamente genera audiencia, así lo reconoció Jesus Cintora (Las mañanas de Cuatro). "

Qué bien se le da jugar con el lenguaje. Lo cierto es que si una de las funciones del capitalismo no fuese reproducirse, la educación se habría abolido, junto con la televisión y la institución de la familia. Estos tres últimos son los grandes agentes socializadores de la ideología dominante, gracias a los cuales el sistema se reproduce.

Su argumento, además, es un gran insulto a los presos y las presas políticas que siguen en las cárceles, habiendo sido condenados y condenadas ya en supuesta democracia por llevar a la práctica su ideología comunista, sin empuñar un arma en su vida.
El capitalismo, es evidente, no va a hacer de esos presos una marca ni un producto "antisistema", porque corren el peligro de que en sus propias televisiones, acaben escaldados. Peligro que no corren con el coletas y demás. En añadido, no veremos a LaSexta TV o al Público ser ilegalizados, como otros medios de comunicación y expresión en tiempos no tan pasados.

Ahora, no se sienta único el Nega, pues el capitalismo convierte en mercancía a toda la clase trabajadora, para posteriormente venderla. Es decir, no sólo sucede con él y con sus coleguitas. Sólo que cada servicio y fuerza de trabajo se vende de una forma u otra.

A lo que íbamos, parece ser que se le da bien la defensa superficial. Un ejemplo más: "o
tro de los argumentos estrella son las supuestas similitudes entre el ascenso del PSOE del 82 y el reciente ascenso de Podemos, ciertamente hilarante". Es decir, que lo no hilarante será comprobar que, como le sucedió al PSOE de González en el 82, Podemos no podrá hacer ningún cambio por la vía legislativa que ponga en peligro los privilegios de la clase dominante. Lo no hilarante será ver cómo se sigue condenando a la clase trabajadora, al final, por aventurarse a "ganar sí o sí".

Pero no se bajen que el capitán del navío que todo lo puede, sin mostrar un solo signo de cansancio, espeta: "
No les voy a mandar a leer el programa porque sería muy obvio pero no deja de resultar perturbador que sea el más empleado por los ortodoxos pues ni Lenin, ni Stalin, ni Mao, ni Castro ni cualquier otra figura revolucionaria se autoproclamó nunca ‘de izquierdas’".

¡Ya tardaba en sacarlos! ¿Pero saben qué? ¡Adivinen! ¡Ninguno de ellos escondió que era necesaria la revolución! En otras palabras, los argumentos inválidos son inválidos. Ley universal.


A lo que finalmente, el último bastión que le queda al rapero es escudarse en la gente que hay en Podemos. Presumir de dónde vienen. Me ahorraré comparaciones, pero Bombacci (fundador del PCI junto con Gramsci) acabó en el partido fascista junto a Mussolini. Menos ad verecundiam y más explicar la verdad a la clase trabajadora.

Alguien, además, debería comentarle al victorioso que la historia no empezó cuando surgió Podemos. Que en cualquier caso debería haber seguido el hueco que quedó con el parón del movimiento revolucionario en los años noventa, no con la línea kamikaze de ir por la línea electoralista.


Concluyendo que es gerundio, el mayor problema que tendrá Podemos para aplicar sus reformas no será la imposibilidad frente a los poderes oligárquicos, sino la ausencia de una población movilizada que ejecute por ella misma las promesas que no serán cumplidas.

Podemos, con su praxis, será otra organización más que condene a los pueblos que conforman el Estado español por pecar, no de derrotismo, sino de complejo napoleónico. PODEMOS engañar y triunfar, pero no será un triunfo de las mayorías ni para las mayorías, motivo suficiente para proclamar el fracaso y la derrota inmediata.