sábado, 10 de mayo de 2014

Sobre la abstención

Se acerca el 25 de Mayo y con él las elecciones al parlamento europeo. Empiezan ya las campañas electorales de los partidos nacionales adscritos a partidos europeos, que no han hecho esperar al electorado y han atacado ya ferozmente a la abstención.

Pero, ¿cuáles son los argumentos que usan contra ella? Básicamente todos se basan en: la abstención no computa, luego no incide en la conformación de las instituciones, y posteriormente, ningún régimen ha sido derrocado por medio de la abstención electoral.


El primer argumento es legitimador del sistema político liberal-representativo y parlamentario. Precisamente, con la abstención activa, se pretende no participar en la formación de las instituciones. ¿Qué régimen político-económico ha sido cambiado desde dentro y por elecciones? Ninguno. Ahora bien, desde fuera, han sido muchos los que han sido destruidos, lo que invalida a su vez el segundo argumento. Claro que la abstención activa ha derrocado regímenes. La organización al margen de las instituciones ha acabado en vastas ocasiones con el capitalismo y el sistema político liberal-representativo y parlamentario. Ejemplos hay muchos. Demasiados.


Se pueden ganar unas elecciones, lo que no significa que se haya ganado el poder. Éste, en la Unión Europea, lo ostentan más de 50 grupos de presión formados por grandes y medianos empresarios que, debido a la contradicción palpable de intereses entre empresarios y trabajadores, se benefician a ellos mismos. O lo que es lo mismo, el poder económico europeo ha monopolizado el poder político. Es decir, incluso aunque llegase un partido anticapitalista al poder de la Unión Europea, no podría reformarla de modo que suprimiera los privilegios de esos empresarios, puesto que son ellos los que tienen el poder.

Una vez aclarado esto, el último y más sonado argumento en contra de la abstención ha sido que ésta favorece a los partidos mayoritarios (Partido Popular Europeo y Partido Socialista Europeo). Y de hecho es cierto, pero como ya habrá podido observar la lectora, incluso aunque las elecciones las ganara un partido anticapitalista, el poder seguiría siendo inaccesible. Y aunque las ganara un partido socialdemócrata, el poder seguiría estando en manos de las élites económicas europeas. Con lo cual, ese argumento se convierte en oportunismo electoral, puesto que en el caso de que no ganaran esos partidos europeos, tampoco se conseguirían cambios.

En conclusión, una alta participación electoral no significaría cambio alguno. En cambio, la abstención sí. No porque condicione la formación de las instituciones o deslegitime el sistema político-económico, sino porque la abstención convertida en organización es un acto revolucionario. Y la revolución es cambio. Es boicot.

2 comentarios:

  1. De l'argument anti-abstencionista "Si no votes, no et queixis després", penso que es relaciona amb el que apuntaves a "una alta participación electoral no significaría cambio alguno". Totalment d'acord, nosaltres no decidim. L'abstenció és útil, en tant que el vot destaca per la seva inutilitat efectiva en darrera instància, en aquest cas. D'aquesta manera, què n'opines d'aquelles que defensen el vot com a eina de contrapès de certes tendències polítiques? (per ex. "Jo voto a X perquè almenys faig que Y no tingui tanta força").

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    1. En contextos como el de la II República, en cuyas últimas elecciones los anarquistas llamaron a votar al Frente Popular, sería lógico. Pero en un contexto como el nuestro, en el que existe una ley electoral, una ley de partidos y unos poderes económicos... no tendría mucha efectividad.

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